Entre Colloto y El Berrón y a nueve km de Siero está Tiñana, destino elegido para esta jornada de colores y pinceles.
Zona de pomaradas y bosques de castaños, que combina su entorno rural con el industrial. Lugar de llagares y restaurantes reconocidos, de buen yantar y tradición.
Muy cerca, en Fozana, quedan restos del castro de Tiñana, datado entre los s. III y IV. Una de las primeras fortalezas de lo que más adelante sería el reino astur: la fortaleza del Castiello de Fozana.
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Rincón de Tiñana |
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Rincón de Tiñana |
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Santa María de Tiñana |
Esta iglesia que tiene orígenes muy tempranos, se cita en escritos del año 869, sufrió como muchas otras grandes reformas con el paso de los tiempos, sucumbiendo a la Guerra Civil con la destrucción como resultado, por lo que apenas quedan restos románicos.
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José Manuel Díaz con el resultado de la jornada |
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Valentín del Fresno muestra su acuarela |
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Tiñana, Siero. Acuarela de José Manuel Díaz |
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Tiñana, Siero. Acuarela de Valentín del Fresno |
Casa Pin el de Amor, cuya esposa heredó los saberes de aquella cocina de Casa Cándida, es un referente culinario que renovó las energías perdidas de los acuarelistas. Creo que puede asegurarse que la siguiente fotografía da fe de ello.
Javier envía desde el occidente pésico del Principado Astur un par de trabajos, resultado del fin de semana...
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Villagrufe, Allande. Acuarela de Javier Cuevas |
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Grullos, Candamo. Acuarela de Javier Cuevas |
Un paseo por Penablanca y Cimalavicha.
El prolongado invierno aún nos permitió éste corto y agradable paseo circunvalando la Pola de Allande. Un recorrido de algo más de una hora, recomendado para reducir espasmos digestivos tras un copioso almuerzo.
Saliendo a pie del lugar por la AS-219 que es una carretera de suave pendiente, por la que si nos dejamos llevar llegaríamos Luarca y tras aproximadamente un kilómetro, se pasa ante la capilla de Nuestra Señora del Avellano. Un poco más allá hay una desviación a la izquierda, correctamente señalizada, que marca la ruta hacia los citados lugares llamados Penablanca y Cimalavicha.
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Al fondo las estribaciones de la Sierra de Fonfaraón |
El trayecto permite hermosas vistas en cualquier época del año. Es camino asfaltado y no tiene pérdida alguna. Tan solo se requiere pericia en sortear las boñigas, pues corresponde a zona rural.
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Capilla de Nuestra Señora del Avellano |
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Pola de Allande a medida que tomamos altura |
Poco después de la desviación el palacio impone su presencia.
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Palacio de los Condes de Peñalba-Cienfuegos con el Panchón al fondo |
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Hórreo en Penablanca |
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Algunas casas de Cimalavicha con vistas al Panchón y al puerto del Palo |
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El recorrido muestra múltiples escenarios |
El regreso puede hacerse por la carretera que baja del puerto del Palo hacia la Puela, ya que el camino elegido desemboca en ésta a escasos dos kilómetros de la villa, pasando antes por el Mazo, lugar situado a medio kilómetro de la misma.
Restos de una antigua edificación.
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Durante el regreso y cercano al Mazo. |
Si la ruta se hace al mediodía se recomienda complementarla con un aperitivo reconstituyente una vez llegados a la villa. La prensa del día y unas aceitunas que contienen minerales, calcio y son antioxidantes, resultarán grandes aliadas antes del almuerzo.