La jornada está fijada de antemano.
Los lugares conocidos deben de ofrecer nuevos enfoques cuando se retorna a ellos. Hemos de suponer que esa es la razón, o quizás sea la conocida paella que preparan en el lugar. ¡Vaya Ud. a saber!. Ciertamente yo no estaba allí para corroborarlo.
Sea como fuere participan de ésta salida, José Manuel, José Luis y Valentín, que se encontrarán con Manuel en Rio Seco.
Vista parcial de Rioseco de Sobrescobio. |
Acuarela de Jose Manuel |
Jose Luis tuvo una jornada muy prolífica, presentamos uno de sus trabajos.
Acuarela de Jose Luis |
Acuarela de Manuel |
Valentín del Fresno con su acuarela |
Fotografía del grupo |
Javier que estaba en Pola de Allande participa con esta escena de algunas casas de la Puela y la Iglesia de San Andrés (s. XVI con posteriores añadidos), vista desde el plácido paseo fluvial que transcurre hacia la piscina.
Acuarela de Javier |
A veces descubrimos lugares con encanto:
Las aguas termales minero-medicinales
La imagen evoca un esplendor disfrutado en
otra época ya lejana. Hay un cierto misterio por el lugar casi imposible en que
fue construido a finales del s. XIX. Sus techos han caído, las terrazas
desaparecidas, la cocina, comedor y parte de las habitaciones invadidas por una maleza
que avanza sin consideración con el paso de los decenios. Las habitaciones de
los baños balnearios con sus bañeras de piedra ahuecada recuerdan a aquellos
pacientes que con esperanza se sumergían en las siempre curativas y malolientes
aguas sulfurosas.
Antiguo balneario |
Un carro elevado arrastrado por cable permitía a los huéspedes ir a la misa que se celebraba en la pequeña capilla
situada en la otra orilla.
Enfermedades de la piel, caries, osteoporosis
y hasta ciertos comportamientos psicóticos eran su carta de presentación, según cuentan los antiguos residentes de lugares cercanos. Con un cierto éxito se mantuvo en activo hasta
los años treinta del s. XX.
Hoy en día el acceso es complejo y con alto riesgo
de accidentarse. La historia y su nombre, mejor
dejarlos aquí.